Todos los Humanos soñamos con encontrar el Paraíso Terrenal, un lugar mágico en donde reine la Naturaleza y sintamos la felicidad.
Quizá este lugar sea una ilusión inalcanzable, tal vez sea solamente una de nuestras fantasías, pero si el Paraíso Terrenal existe, sin duda está en Vancouver, en la Columbia Británica.
Cuando puedas, viaja a este maravilloso lugar y descubrirás preciosidades que jamás imaginaste. Si no puedes ir, no te preocupes, te mostraremos algunas de las increíbles bellezas que se hallan en estos parajes.
Queremos que conozcas y aprendas a admirar la Naturaleza virgen, tal como era cuando la raza de los Humanos empezó a poblar la Tierra.
El Águila marina
Uno de los animales más bellos que habitan en este paraíso es la llamada Bald Eagle o Águila marina. Es un ave que vive junto a los grandes espacios de agua y se alimenta habitualmente de peces.

En el apartado de la Historia has visto una fotografía de un tótem, un hermoso monumento ritual que representa un águila.
Muchos indígenas la consideraban un ave sagrada, un mensajero espiritual entre los Humanos y los dioses.
Esta especie de águila es un ave bellísima.
Aquí puedes verla pescando un salmón.
Están acostumbradas a la presencia de los Humanos, y en muchos lugares puedes contemplarlas desde cerca sin peligro y fotografiarlas.

En España anidan todo el año águilas pescadoras marinas en los acantilados de las islas Baleares, de las islas Canarias y de las islas Chafarinas. Sus colores no son tan vistosos como las águilas canadienses, de llamativa cabeza blanca.
También es posible encontrar águilas pescadoras en los ríos y humedales interiores, cuando emigran desde el norte de Europa.
En este botón puedes descargar un llamamiento que hacemos a los ornitólogos y simpatizantes de las aves, para que nos ayuden a transmitir su ilusión y conocimientos a los niños y jóvenes.
El Oso feroz
Los ositos de peluche son dulces y cariñosos, pero los osos verdaderos son muy peligrosos.
Anita, nuestra narradora, nos explicará la historia de un niño de diez años y su perro, pertenecientes a un pueblo de cazadores recolectores que vivió cerca de la cueva de L’Espluga de Francolí. Valientes, se enfrentaron a un oso que atacó a un grupo de amiguitos que jugaban.
Cuando los canadienses salen a trabajar a zonas salvajes van armados con pistolas o fusiles, y han recibido entrenamiento en su manejo.
Normalmente los osos se asustan al escuchar a los Humanos. Gruñen y simulan que van a atacarnos, pero solamente pretenden ahuyentarnos.

Otros, aparentemente pacíficos, se nos acercarán sigilosos porque ven en nosotros su almuerzo. Entonces hay que rociarlos con espráis de defensa y luchar a muerte con ellos, ya que prefieren la comida fácil, y, de esta forma, tendremos posibilidades de sobrevivir.
Por esta razón, las autoridades asturianas reparten grandes perros mastines entre los pastores que apacientan sus rebaños en zonas donde el oso habita. Los perros se hacen amigos del ganado y, en caso de que se acerque el oso, luchan y lo ahuyentan.

En Canadá, donde los osos abundan, todas las papeleras del campo y las ciudades son de hierro, con una cerradura que los osos no puedan abrir. Así evitan que los osos aprendan a comer nuestras basuras y se aproximen a los lugares habitados, pues pueden ser animales agresivos.
Pediremos a todos los niños que recuperen viejas historias del Oso feroz, recuerdos de viejos tiempos en que los osos proliferaban en el occidente de Europa.